Cuando llegó el momento de elegir la carrera que quería estudiar no lo tenía nada claro, pero por algún motivo escogí Geografía. Al cabo del tiempo me di cuenta de que las asignaturas conectaban con mi forma de ser y con mis inquietudes, y de que, sin ser consciente, en mi familia, en mi entorno, había estado rodeada de un pensamiento y una sensibilidad muy geográfica.
En el departamento y entre mis compañeros encontré el ambiente y el apoyo adecuados para terminar de convencerme de que la elección que había hecho era la acertada. Siendo tan pocos en las clases, la cercanía con los profesores era un lujo, el entorno era de colaboración y de ayuda, sin olvidar la diversión.
En parte, por mi propia inquietud, y en parte, por la curiosidad que genera la geografía, miraba todos los carteles, leía los anuncios y panfletos que había en los corchos del departamento, de la Casa del Estudiante, del Centro de Idiomas… (Internet aún no estaba en nuestro día a día). Así fue como me enteré de la existencia de las becas Leonardo y con una de estas becas, pasé medio año en Lisboa. Así fue, también, como encontré información de las becas Turismo de España para trabajar en Madrid en el Instituto de Estudios Turísticos (IET).
Después de un año de beca, continué trabajando en el IET en el análisis de estadísticas turísticas, aprendiendo y aportando mi visión geográfica a un equipo donde había economistas, estadísticos y diplomados en Turismo. Hoy en día, sigo trabajando en temas relacionados con el turismo, en un proyecto que trata de mejorar la calidad de los destinos turísticos españoles (SICTED).
La información y el conocimiento que te enseñan en la carrera es muy importante y puede darte pistas de hacia dónde quieres dirigir tu vida profesional, pero la curiosidad, el aprovechar las ocasiones y pensar que tienes oportunidades de conseguir lo que quieres, para mí han sido tanto o más importantes.