La Universidad de Valladolid ha presentado hoy jueves, 3 de julio, el Atlas de los paisajes agrarios de España, obra editada en dos tomos por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) y coordinada por el profesor de Geografía de la UVa Fernando Molinero. En el acto han participado, además del propio Fernando Molinero, el vicerrector de Investigación y Política Científica de la Universidad de Valladolid, José Ramón López; y José Abellán Gómez y Cristina García Fernández, jefe de la División de Estudios y Publicaciones y directora general de Publicaciones respectivamente del MAGRAMA.
Una obra elaborada desde una premisa básica de colaboración
El trabajo que se presenta es, esencialmente, fruto de la colaboración entre el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y el Grupo de Investigación sobre los Paisajes Agrarios de España.
Este grupo inició su andadura hace algo más de diez años y ha tenido como hitos los siguientes momentos:
-En el año 2004 publicó el Atlas de la España Rural, en el que participaron las Universidades de Valladolid y Barcelona, además del Ministerio de Agricultura.
-En el año 2011 publicó Los paisajes agrarios de España, en el que la colaboración se fue extendiendo hasta comprender las cinco universidades que impulsaron el proyecto (Universidad de Valladolid, Universidad de Barcelona, Universidad Autónoma de Madrid, Universidad Pablo de Olavide, Universidad del País Vasco), junto a otros centros que aportaron participantes y colaboradores, en particular la Universidad de Sevilla, la Universidad de La Laguna y la Universidad de Alicante.
-Años 2013 y 2014: ve la luz la obra que hoy se presenta, el Atlas de los paisajes agrarios de España, en dos tomos, bien ilustrados, con abundante cartografía, documentación e imágenes, que hacen del libro una obra especialmente significativa en su género.
Pero la obra es fruto, también, de un importante ejercicio de colaboración en otro sentido: el de su realización material. Un total de 70 autores han contribuido a ella: alrededor de 50 investigadores universitarios involucrados en el proyecto. Además, otros 20 autores externos. Cabe subrayar que esta colaboración ha sido entendida, en todo momento, como un trabajo común compartido: desde un planteamiento abierto, horizontal y no jerarquizado (más allá de los condicionantes propios de las estructuras académicas), movido por una voluntad básica de aportar una visión actual, y ajustada a la realidad, del tema que vertebra la obra de principio a fin: el estudio sistematizado de los paisajes agrarios del conjunto del territorio español.
Un trabajo integrador
El mayor valor de este libro pensamos que reside en el hecho de ser un estudio omnicomprensivo e integrador. Es un testimonio de los paisajes agrarios españoles y de sus transformaciones recientes, desde Galicia a Murcia, desde Cataluña a Andalucía, desde Baleares a Canarias, pasando por el resto de la costa e interior peninsular.
El trabajo de los 70 autores ha permitido identificar, caracterizar, ilustrar y documentar las 20 clases de paisajes y las 70 unidades, que se analizan en el Atlas y en el libro complementario anterior.
En lo que respecta a la concepción del Atlas cabe subrayar que, desde un inicio, se opta por la representatividad en detrimento de la exhaustividad. El punto de partida ha sido la interpretación del territorio español como un ‘mosaico de paisajes’ de matriz agraria.
La obra consta de tres partes diferenciadas
La primera, dedicada a aspectos teóricos-metodológicos, imprescindibles, además de a una visión desde el aire de las transformaciones paisajísticas del último cuarto de siglo, realizada por un geógrafo-piloto.
La segunda estudia las “clases de paisajes agrarios”, que, con una veintena, cubren los tres dominios del territorio español: el atlántico, el mediterráneo y el subtropical canario. Basadas en las imágenes de satélite, representan los paisajes de las regiones agrarias de España: diversas, contrastadas, multiformes, como un resumen de la vida campesina, condensada en unos territorios que han sostenido la brega diaria de millones de pobladores rurales.
La tercera parte se dedica al estudio de las “unidades de paisaje agrario”, caracterizadas por autores que las conocen vivencialmente y que, por ello, aportan algo más que un estudio banal. Son jirones de vida los que aparecen prendidos de los párrafos, imágenes y descripciones de sus autores.
Por todo ello, el Atlas es algo más que la suma de unas fichas de paisaje; es un testimonio vivido de cómo la España campesina se ha convertido en una España rural, cuyas imágenes recogemos, analizamos y tratamos de valorar en su medio ecológico, técnico y social.
Características del paisaje agrario de Castilla y León
Los paisajes agrarios de cualquier territorio son el resultado de la explotación económica del potencial ecológico por sociedades, o grupos humanos, con un nivel cultural y técnico específico en cada región y momento histórico.
Por ello, los paisajes agrarios de una extensa región como Castilla y León son diversos y hasta contrastados. De entrada, hay que distinguir dos grandes conjuntos: los paisajes de las llanuras agrícolas frente a los de las montañas ganaderas y forestales. Pero tanto en montañas como en llanuras, hay grandes diferencias, como sucede, por ejemplo, entre las penillanuras del oeste, en Salamanca y Zamora, reino de la dehesa, frente a las campiñas onduladas de Tierra de Campos, cuna del cereal de secano, o frente a las vegas y terrazas regadas en los valles de los ríos, asiento de esquilmos regados y de viñedos.
En el Atlas de los paisajes agrarios de España establecemos 20 clases, que incluyen todo los tipos de paisajes agrarios españoles, aunque descendemos, después, a la escala de comarcas, o unidades de paisaje agrario, a través de las cuales analizamos 70 ejemplos. Castilla y León está bien representada en “clases” y “unidades”.
Transformaciones experimentadas en el último cuarto de siglo
Los paisajes agrarios, como producto de la actividad humana sobre el medio natural, están cambiando al ritmo de los cambios de sus agentes. La disminución del número de explotaciones agrarias, la introducción de máquinas cada vez más numerosas, potentes y evolucionadas, así como el uso de nuevos suministros y la expansión de nuevos cultivos obligan a adaptarse a la demanda del mercado, con las consecuencias sobre los paisajes. El parcelario es, así, más compacto, se pierden numerosos elementos tradicionales, las parcelas se hacen más grandes y homogéneas, se abandonan unos cultivos y aparecen otros y, sobre todo, se pierde diversidad ambiental, agronómica y cultural.
En Castilla y León se han producido cambios destacadísimos, como el de la introducción del girasol y la colza, la transformación de los viñedos, la drástica reducción de explotaciones y ganaderías lecheras, con la desaparición correspondientes de cercas, setos, caminos, veredas, cañadas, con la invasión del matorral en espacios ganaderos abandonados…
Futuro
Los paisajes agrarios en el futuro serán, como en el presente, los que la sociedad exija y demande. Ha de haber cambios orientados a la obtención de cultivos energéticos e intensivos, pero también habrá otros en sentido contrario, que buscarán naturalidad y sostenibilidad. Los cambios son sustanciales a la sociedad que los genera y modula. Por ello, debemos concluir que se producirán grandes cambios, porque la sociedad se mueve y, con ella, la necesidad de alimentar y proporcionar ocio no solo a los agricultores, sino también, y cada vez más, a los habitantes urbanos. Castilla y León está demostrando una gran capacidad de adaptación a las normas de la Política Agraria Común y a las demandas del mercado mundial.
Paisajes de Castilla y León representados en las “UNIDADES DE PAISAJE AGRARIO”
A escala de clases, están representados todos los paisajes de la región, destacando los grandes ambientes forestales, los del matorral o frutescentes, los viñedos, regadíos, los campos cerealistas, las dehesas, los pastaderos y pastizales, los paisajes de la arboricultura, entre otros.
A escala de unidades de paisaje, se han analizado desde las llanadas cerealistas de los altos páramos Cerrateños, los de la Tierra de Campos, los Montes de Torozos, pasando por los viñedos de la Ribera del Duero, por los paisajes ganaderos de la dehesa, los de los Ancares leoneses o los forestales cantábricos de León.
¿A quién está dirigida principalmente la obra?
Este atlas está dirigido al público culto, en general, y a dos tipos de profesionales, en particular. Cualquier persona interesada en temas paisajísticos puede apreciar el valor de síntesis de la obra. Especial interés tiene para profesionales que trabajan en el paisaje, desde ordenadores del territorio, urbanistas, geógrafos, economistas, sociólogos… Pero también tiene un valor referencial para políticos y planificadores territoriales, agentes de desarrollo rural y cualquier profesional relacionado con el mundo rural, el patrimonio y el desarrollo rural.
Este “Atlas”, complementario del libro anterior Los paisajes agrarios de España. Caracterización, evolución y tipificación, sirve fundamentalmente para adquirir una visión de conjunto de los valores del paisaje agrario como palanca de desarrollo rural. Ambas obras, el Libro y el Atlas, proporcionan una idea cabal e integradora sobre los paisajes agrarios españoles, su valor, su método de análisis y de caracterización y sobre las posibilidades de conservación. Ambas obras son necesarias para proceder a la delimitación de paisajes patrimoniales de España que, por imperativo de la Convención Europea del Paisaje, deben realizar los estados firmantes, entre los que se encuentra España.
Conclusión
Los autores creen haber llegado a producir una obra útil y de interés para el lector, en el sentido más amplio posible. Del mismo modo que se ha partido de un concepto amplio y abierto de paisaje –y de paisaje agrario, en particular– como fundamento general de la obra, el propósito último, como investigadores, ha sido el de abrazar toda la diversidad de registros que este concepto puede llegar a implicar: académico, técnico, documental, divulgativo o pedagógico. Porque ninguno de estos registros, por sí mismo, por significativo que sea, excluye en modo alguno la razón de ser de los demás. En el fondo, los autores son conscientes de que, en lo relativo al paisaje, todo suma.
Agradecimiento al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente su mecenazgo y su apoyo sin reservas a la publicación del Atlas. Una iniciativa que ha permitido dar ‘visibilidad’ y perspectiva de conjunto a una obra que, de otro modo, sólo podría haber sido considerada en sus partes o capítulos, a modo de ejercicios individualizados (y limitados al ámbito académico). Agradecimiento, asimismo, al Ministerio de Economía y Competitividad, que, con la concesión de sendos Proyectos coordinados de Investigación I+D, en los años 2006 y 2009, ha permitido desarrollar la investigación que ha terminado en la elaboración de este Atlas de Paisajes Agrarios de España y que tendrá continuidad en otra obra futura, que están elaborando merced a la concesión de un nuevo Proyecto I+D+i, sobre Paisajes patrimoniales españoles.
La tarea de coordinación general ha sido desarrollada desde la Universidad de Valladolid por Fernando Molinero, director del Grupo de Investigación de Excelencia Mundo Rural. Ha sido este profesor el encargado de orientar, estimular e integrar el trabajo de los siete coordinadores y de los 70 autores que han participado en la obra que aquí se presenta.
Enlaces web del Ministerio
Ambos tomos del Atlas, de 1.074 pp en total, aparecen como novedad editorial del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente en su página web, en los siguientes enlaces:
Título: Atlas de los paisajes agrarios de España Tomo I. F.Molinero (coordinador general)
Índice: http://www.magrama.gob.es/es/ministerio/servicios/publicaciones/H108574_tcm7-321053.pdf
Título: Atlas de los paisajes agrarios de España Tomo II. F.Molinero (coordinador general)
Índice: http://www.magrama.gob.es/es/ministerio/servicios/publicaciones/H108799_tcm7-329420.pdf
(Nota de prensa tomada del Gabinete de Comunicación de la UVa)